Bueno, pues aquí va mi historia. No es mucho lo que voy a relatar, ya que mi campaña la he estado jugando de tanto en tanto, pero los acontecimientos de sus últimos momentos de victoria han hecho para mi que merezca ser relatada.
Jugaba con Inglaterra. La principal misión de mi reinado consistía en intentar ser lo más justo y caballeroso en toda la campaña, para así ver como reaccionaban los distintos paises ante mi política. En los comienzos me alié con escoceses, franceses y daneses, decisión lógica debido a la proximidad de estos paises sobre mis territorios, y me centré en capturar enclaves rebeldes. Cuando parecía que todo iba bien, de manera inesperada, y sin motivo aparente, Escocia y posteriormente Francia y Dinamarca rompen sus alianzas y me declaran la guerra. Eso causó el enfado del rey, a decir verdad relativo, ya que vi una puerta abierta hacia mi expansión. Mientras me defendía de franceses y daneses, me hice rápidamente con el control de toda la isla de Gran Bretaña, convirtiendo a Escocia en un pais en el que sólo será conocido en los libros de historia por su traición. Después me centré contra Dinamarca, ya que Francia bastante tenía luchando contra los portugueses, los cuales se aliaron conmigo, resultando ser una de las mejores decisiones que podía haber tenido. Dinamarca contaba con una gran potencia militar, sus asedios eran constantes, pero poco a poco se vieron frustrados sus avances debido a la disciplica del mi ejército, que rechazaban ataque tras ataque. En un momento de debilidad danesa, decidí sin más dilación atacarles, por lo que en pocos años tambien fueron exterminados. Por último me centré en Francia, a la cual conseguí arrebatarles alguna ciudad, pero viendo lo mal que lo estaba pasando, ya que tanto mis aliados portugueses y Milán estaban desgarrando su país, dejándola sin fuerzas ni enclaves, en un acto de total bondad por parte de mi rey, decidió regalarles la ciudad de Paris y convertirla en vasallo, la cual lo aceptó tras darle una cosiderable suma de dinero, dinero que fue recuperado al turno siguiente. Esta decisión hizo que Milán se fijase en mi, por lo que me declaró la guerra, junto con sus aliados el Sacro Imperio. Con el sacro Imperio no tuve muchos problemas, bastante tenían con defender sus fronteras de la gran invasión que empezó a tener el temido imperio mongol, por lo que pocos problemas me dió, pero Milán era distinto, frecuentes fueron sus ataques, pero otra vez, mis ejércitos rechazaban valientemente sus ataques, y se consiguieron grandes victorias y la consiguiente toma de ciudades claves. Pero como la política de mi rey era la de ser lo más pacífica posible, decidió convertir en vasallo a Milán, la cual aceptó tambien el vasallaje. Después de un tiempo de paz, España y posteriormente Bizancio deciden atacarme, pero mi política, que hizo que mi reputación fuese digna de confianza, hizo que tanto España como Bizancio acaptasen tambien mi vasallaje, sin ni siquiera librar una batalla, ya que mis diplomáticos actuaron con total diligencia. Estos actos de buena fe, hicieron que Europa viviese en un estado de paz jamás conocido en siglos, haciendo que todos estos paises que constantemente estaban sufriendo y desangrándose en cruentas guerras, firmasen un alto el fuego, ya que ninguno quería romper esta paz entre mis vasallos y mi aliada Portugal, la cual se mantuvo aliada fiel hasta el final. No estaba en guerra con nadie, y curiosamente en estos tiempos de paz, los rebledes, tanto sus armadas como ejércitos dispersados, hicieron en ningún momento acto alguno de agresión, pasando por mis puertos de largo. Pero Inglaterra tenía otras metas, y decidió embarcar un ejército, en una poderosa armada, con el mejor General Ingles: "Harold Chapman" de 50 años, curtido en antiguas batallas con Milán, el cual, para gloria de Inglaterra y de toda la cristiandad se hizo con la ciudad de Jerusalen, que estaba en posesión de los temidos timuridos, haciendo que mi rey en aquellos tiempos "Marcar el Devoto" se convirtiese en el defensor de la cristiandad, bajo la admiración del Papa Bernardus de Inglaterra.
Al final de todo esto conseguí tener de aliados a Portugal y los Estados papales, y vasallos a Francia, Milán Imperio Bizantino y España, y una reputación digna de confianza, y lo más importante de todo, es lo que mencioné anteriormente, la paz en Europa entre católicos y ortodoxos. La lástima fue no haber tenido contacto con los paises islámicos al encontrase tan lejos de mis territorios, ya que bastante tenía con pacificar Europa, para así haber podido coseguir la unión total de todas las religiones. En cuanto al nuevo mundo, mi rey decidió dejarlos en paz, estaban lejos de nosotros y quería dejarlos tranquilos. Quizá en un futuro, no muy lejano, mande una expedición, sin ejércitos, sólo un diplomático para empezar a mantener relaciones diplomáticas y comercio entre la vieja Europa y América.
Bueno, quizá esta no haya sido la clásica campaña de victorias épicas, contadas sentados enfrente de una chimenea, ni de demostraciones de poder absoluto, pero para mi ha sido la partida más interesante y deseada y merecía ser contada.
La lástima es que perdí detalles debido a que constantemente la dejaba y al tiempo la retomaba, pero este final de campaña ha merecido la pena.
Saludos.