Mi consulta es acerca de cuanto puede ceder un diseñador web cuando el cliente pide cosas que pasan de "no ser elegantes" a ir en contra de los principios del diseño (el equilibrio, etc).
La quimica con cada cliente ha de ser diferente, y a veces casi familiar; pero qué lugar tiene uno como diseñador web cuando el cliente pide algo desastroso? En mi caso, un barroquismo.
Donde manda capitán no manda marinero?