El diseño (gráfico) sigue estando amordazado
en la práctica artesanal (pintura, escultura, fotografía,
dibujo, ilustración, etc), por infinitas razones,
a continuación, nombro algunas que conozco:
01. Debido el afán de exhibirse como diseñador,
sumado a la carencia de un discurso
(creíble con bases sólidas) sobre diseño, es obvio
que resulte una simulación de saber hacer diseño.
02. El miedo de contradecir al comitente (contradecir el simplismo:
¡el que tiene el dinero tiene la razón!);
permite que el DG adquiera la información inicial
sobre la propuesta a realizar, con una suerte de vació
(brief incompleto, superficial, y/o personal, disfrazado a veces
con palabras como “URGENTE QUE EL CLIENTE SE NOS VA”)
de esta manera, el diseñador se acostumbra a “descifrar”
la insuficiencia de información, “gráficamente”
(pues no se preocupa por hacer una honesta y profunda
investigación de la propuesta a trabajar).
03. Luego de suponer que se conocen las necesidades
del comitente, el mensaje comienza a ser adornado
con códigos gráficos ya utilizados por otros diseñadores
(en lugar de ser edificado en su contexto real,
mediante la utilización de nuevos signos, alojados
en la percepción universal (hospedados en lo no aprendido)).
La especulación endogámica,
"el diseño para los diseñadores"
queda empobrecida cuando la complejidad del diseño
logra salir a flote, posándose en diferentes disciplinas,
por ejemplo las ciencias de la comunicación.
Esta reflexión es fundada en el excelente libro
"Diseño y Comunicación, teorías y enfoques críticos"
de Leonor Arfuch, María Ledesma y Norberto Chaves Editorial Paidós.
Desde mi opinión personal, este ejemplar hace que los diseñadores
alcancemos una visión mas amplia del diseño.