Este es un cuestionamiento o mas bien una reflexión sobre el proceso creativo de cuerdos y locos. Quisiera compartirlo con ustedes y que sacaran sus propias conclusiones o mejor aun manifestar sus pareceres.
Dalí se cuestionaba "¿Cuál es la diferencia?" Resulta difícil llegar a conclusiones
dentro de este enmarque tan ilimitado, como es el binomio arte y locura. Hoy por hoy, los autores defienden posiciones contrapuestas entorno al arte del enfermo mental.
Lo que queda claro, al menos desde mi prisma, es que la enfermedad mental suscita gran interés en el mundo del arte, compone gran curiosidad en general para cualquier individuo, extrañeza y al mismo tiempo cercanía, porque aún con el desconcierto que nos puede provocar la obra artística o el discurso de un demente, existe algo que sin duda conecta con lo más profundo de cada ser humano,existe algo que nos resulta cercano, existe algo que nos conecta con nuestra propia locura.
Durante la realización de un Master en Arteterapia en España, tuve la oportunidad de acercarme al tortuoso mundo del enfermo mental, observar la mirada de un enfermo mental, es sin duda lo que más nos engancha, se trata de una mirada que nos deja en un estado de ingravidez, no te permite acercarte pero al mismo tiempo es imposible alejarte, simplemente flotas.
Cuando estás delante de un enfermo mental te das cuenta de la delgada línea que separa la salud de la locura, existe una comunicación que conecta directamente con capítulos precisos de nuestra vida, con momentos intensamente dolorosos y entonces entiendes que el enfermo mental se ha rebelado contra la sociedad para mostrarnos su infierno, nos muestran un espacio de tormentas y huracanes que suscita y conecta con nuestro propio dolor de la misma manera que Fiedrich o Turner lo hicieron desde sus paisajes. Entiendo entonces que para el enfermo mental, la expresión artística se torna una muleta para mantenerse erguido, un mecanismo que le permite no sólo expresarse con el exterior sino comunicarse con él mismo, establecer un medio que permita al artista enajenado barajarse en unos parámetros fijos, que aporten orden en medio de todo el caos. Las preguntas se superponen y la curiosidad se acrecienta: ¿Es más creativo el enfermo mental que el artista sano? ¿La creatividad aumenta a medida nos acercamos a la línea de la locura? En esto, una vez más, las respuestas se enfrentan, desde los que asumen que la respuesta es claramente positiva, hasta los que consideran el tema un mito sin pruebas concluyentes.
La realidad, en cualquier caso, es que existe el debate, y existe desde tiempos remotos, la realidad es que existen grandes genios que han pasado
largas etapas encerrados en psiquiátricos, que existen enfermos mentales que a partir de su enfermedad han conseguido crear obras de arte inapelablemente
geniales. Llegado este punto, rescato las palabras del Psiquiatra R. D. Laing, el cual opina que la creatividad es un factor subversivo a la locura y que se alimenta de ella, y es más, afirma que: La locura es una respuesta creativa a un mundo
insoportable. Por supuesto también hay artistas que sin llegar a la locura personal, tratan de buscarla en su obra, tal es el caso de Doménikos Theotokópoulos, más conocido como el Greco, quien se inspiraba en los rostros de los locos del hospital de Toledo para consumar sus obras. Y entonces: ¿Se podría llegar a afirmar que el arte del enfermo mental es esencialmente distinto al arte de los "sanos"? ¿El arte realizado por locos debe valorarse con las mismas herramientasy parámetros que el realizado por cuerdos? Esto plantea otra encrucijada por resolver, quizás la que genera más reacción social y la respuesta depende básicamente del concepto de
artista que asuma cada individuo, resulta casi imposible entablar parámetros a nivel formal, ya que existen obras de enfermos mentales mejor resueltas formalmente que las realizadas por muchos artistas "sanos" consagrados,
Entonces la cuestión se define en el campo de la intencionalidad, el artista "sano" genera un discurso alrededor de la obra, la dota de significado, reside una intencionalidad reflexionada, sin embargo, el enfermo mental crea de una forma instintiva, una pulsión creadora que surge del interior del individuo. Desde mi opinión, el artista enajenado supone dentro del arte contemporáneo el mayor profeta de los sentimientos humanos, un poeta ensimismado que crea de una forma intuitiva, fuera de la cultura y de los cánones establecidos, que nos muestra sin tapujos los más cercano a la realidad del ser, los fantasmas, los monstruos, las tormentas emocionales que componen nuestro complejo mundo emocional, acercarte a ellos, es entender que existen tantas realidades como individuos, entender que la razón no nos pertenece,es una invitación a la reflexión que instiga a plantearnos incluso: ¿Quiénes son los locos? o como se preguntó Dalí: ¿Cuál es la diferencia?
De un artículo de Carlos Yuste.