Fragmento del Artículo publicado por la revista WOW No. 5 Septiembre del 2002 (únicamente omití la introducción)
e-México
Una fuga por la carretera de la información
Por: Alfredo Narvaez
Miguel de Icaza era un estudiante de matemáticas en la UNAM cuando empezó a programar con sus amigos GNOME, un software que hoy empieza a poner en jaque el dominio de Microsoft Windows, no sólo por ser bueno, sino por ser gratuito. Sin embargo ahora, Miguel, de 29 años, ha tenido qeu emigrar a Boston para seguir desarrollando GNOME. Pero lo más molesto del asunto, es de lo que se enteró en abril de este año.
El gobierno del presidente Fox ha lanzado el e-México, una iniciativa para subir al país a la autopista de la información, representada por internet. El problema es que Microsoft, el gran financiador del asunto, será la caseta de cobro. Jóvenes mexicanos, como DE Icaza, fueron pioneros en el mundo en el desarrollo de alternativas frente al monopolio de Bill Gates, pero el gobierno federal prefirió la zanahoria que le puso el hombre más rico del mundo al gran talento que las universidades mexicanas han creado. Éste es un vistazo a como el gobierno federal dijo no a la inteligencia nacional y entrgó el futuro a una empresa extranjera.
Los países que prosperarán en el nuevo siglo no serán los que construyan más coches, sino los que los diseñen. Es decir, los países prósperos, ricos, serán los que diseñen, los que produzcan conocimiento. Los países pobres serán los que ensamblen lo que los planos de diseño -desarrollados en los países ricos- digan. A mediados del siglo XX en México estaba posicionándose para competir en el locomotaras con EU. El taller de ferrocarriles de Acámbaro, en Guanajuato, construyó dos excelentes locomotoras, hecho que no pasó inadvertido para el gobierno de EU, que presionó al presidente Alemán para que se desechara para siempre el proyecto mexicano. El gobierno mexicano aceptó presión, y los talleres acambarensees cerraron su producción. Hoy, a inicios del siglo XXI, la historia se repite, pero en esta ocasión con la siguiente ola tecnológica, representada por la industria del software. La naciente sociedad de la información tiene como sangre un fluído digital que corre por internet -el equivalente a los ferrocarriles en este tiempo-, uy éste opera gracias a códigos, es decir, software. Quien controle el código -el software- controlará la sangre el nuevo mundo digital. No por nada, el hombre más rico del mundo, Bill Gates, está interesado en el relativamente pequueño mercado de software que es México. Resulta que en el código , hasta el pequeño aleteo de una mariposa puede producir tormentas, y casualmente el aleteo de mariposas tiene una fuerte presencia en México: su nombre es Linux.
Linux es un software libre, es decir, no tiene dueño que pida regalías por su uso, ya que su inventor decidió ofrecerlo de este modo. Este sistema operativo -creado por el finlandés Linus Torvalds en 1993- se actualiza y mejora continuamente gracias a miles de voluntarios que trabajan cooperativamente a nivel global. Su meta es tener un fotware robusto, flexible, abierto, que compita contra Windows, el software inestable, lento y cerrado impuesto de forma monopólica por Microsoft.
No hubo debate público acerca de la entrega del mercado mexicano de software a Microsoft. La única nota interesante no apareció en México, sino en la edición del 19 de mayo del New York Times con un encabezado que decía: "México abraza a Microsoft". El diario más influyente del mundo afirmaba que "México está ansioso por desarrollar su mercado tecnológico sólo con compañias que ofrecen millones de dólares para tomar parte". Y no tomaron parte; tomaron todo. Microsoft ofreció 100 millones de doólares al gobierno mexicano, dinero por el que recibió eel segundo mercado de América Latina en charola de plata.
Linux ya es una alternativa poderosa frente a Microsoft, IBM, Dell, Sun y Oracle lo han respaldado. GE, Arianne Space, IKEA, el gobierno de la ciudad de México y el de Francia, entre muchos otros, se están cambiando a Linux.
El software libre no es sólo bueno por ser gratuito o muy barato, sino por ser abierto, y así puede modificarse de forma flexible según las necesidades propias. Linux fortalecerá el mercado nacional, creará empleos, y sobre todo, desarrrollará un capital humano que será vital para poder correr la carrera hacia la prosperidad del siglo XXI. De lo contrario, la historia se repetirá, y la dependencia tecnológica se prolongará otro siglo más. Y en estos tiempos de cambio, éste es un lujo que el país no puede darse.