¿Está en crisis el videojuego japonés? Sí. ¿Pueden recuperarse? También. Pensar que el liderazgo en la creación de videojuegos ha pasado inexorablemente a Estados Unidos y Europa y que la industria japonesa esté condenada a ser una Bollywood de alta alcurnia es una visión tentadoramente apocalíptica, pero exagerada.
Los grandes desarrolladores japoneses han aceptado que han perdido la delantera en el desarrollo de juegos para consola sin conatos de negación, ira, negociación o depresión. Han dicho “hay un problema” y se han puesto manos a la obra para solucionarlo, dando quizás algunos palos de ciego como el hecho de volcarse a desarrollar fuera de Occidente, pero como consecuencia de darse cuenta de que tienen que adoptar cuanto antes una visión global de la producción de videojuegos, y asumiendo que nada mejor para ello que colaborando con estudios acostumbrados a tenerla.
Como se decía hace años, cuando todo lo producido en Japón era oro en paño, los videojuegos no se inventaron en el país del sol naciente, sino en los Estados Unidos. Fue Japón la que tomó buena nota de los errores cometidos por Atari y compañía en aquella famosa crisis del videojuego de principios de los ochenta y, con la lección aprendida, lleva dominando el mercado de las consolas domésticas durante casi tres décadas. Del mismo modo, es de esperar que tras esta generación en la que han perdido peso en el mundo del videojuego se pongan las pilas para que las próximas plataformas no les cojan desprevenidos.
Es difícil saber qué harán y cómo lo harán, aunque algunas están mejor posicionadas que otras. Square Enix es ya un conglomerado global tras absorber a Eidos, y es de esperar que la maestría en ciertas cosas de sus estudios japoneses se combine con las ventajas de su parte occidental para aunar las mejores facetas de cada “cultura” de desarrollo. Sega, también globalizada y con una improtancia cada vez mayor de sus estudios occidentales, está acometiendo una reestructuración tras los malos resultados para centrarse en sus marcas fuertes, lo que permitirá que, quizás, en el futuro vuelva a sorprendernos con nuevas ideas que triunfen en todo el mundo. Capcom es quizás la compañía que mejor ha resistido este “cambio de ciclo”, pese a toda la polémica sobre su contenido descargable, y se ve un peso mayor de su parte occidental a la hora de tomar decisiones.
En el proceso de convertirse en compañías globales para competir contra Activision, EA, Take-Two, Ubisoft y compañía, será interesante comprobar cuánto de su esencia, de ese carácter japonés único que hemos comentado antes, mantendrán dentro de cinco años, y si el resultado habrá sido una buena o mala noticia para los amantes del videojuego, cuotas de mercado aparte.
Fuente: Imagen Final