La policía cibernética patrulla la supercarretera de la información Nicolás Suárez señala que el secretario de Seguridad Pública federal, Alejandro Gertz Manero, ha enviado una serie de iniciativas al Congreso para ampliar el margen de maniobra de la policía federal en todo el país. Dentro de esas inciativas, la policía cibernética podría verse beneficiada dado que contaría con mejores herramientas para realizar su trabajo.
No tenemos una legislación que especifique los delitos que se cometen a través de una computadora, pero aún así contamos con los elementos jurídicos necesarios para encerrar a los delincuentes cibernéticos.
El funcionario explica que el Ministerio Público (MP) “encuadra” el ilícito en un cierto patrón y lo equipara con uno tipificado. “Por ejemplo, no existía el delito de clonación de teléfonos celulares. ¿Cómo puede decir la legislación que se roban la señal de un celular (cuando) el Código Penal viene de 1929? ¿Qué se hizo en este caso? Hacer el equiparable:"
"Una onda de teléfono celular viaja por una frecuencia, podría ser equiparable a un ducto por donde pasa el agua, la electricidad o la señal de cable. Se tuvo que hacer un peritaje para que se estableciera que una señal de teléfono celular viaja por un conducto. Así se estableció que la clonación de celular es equiparable al robo de fluido”.
Valorar aquellos delitos que no están contemplados de la legislación “es el trabajo de los MP, quienes, con sus conocimientos jurídicos resuelven ese problema tecnológico para enmarcarlo en un cuadro jurídico“. Agrega que así se puede castigar la clonación de teléfonos celulares y otros delitos similares.
Apunta que en realidad el problema no es sólo encerrar a los delincuentes. El problema es entregar a los ministerios públicos un caso sólido e integrar una investigación que muchas veces surge de denuncias anónimas.
“Al recibir una denuncia anónima o una denuncia formal de un padre de familia, de un vecino, de una ONG, de una autoridad estatal, municipal, federal, la presentamos ante el MP. Luego, recabamos toda la información, a la que, con el tiempo debido, convertimos en acciones. Posteriormente, el MP nos empieza a pedir por oficio una serie de datos que van a servir para ejercer la acción penal contra los posibles autores del ilícito, puede ser fraude, prostitución u otros, que estén utilizando la red para promover pornografía, por ejemplo”.
A veces, los delincuentes cibernéticos logran escapar aún cuando existen elementos sólidos para encerrarlos, reconoce Suárez. “Hemos llegado casi al final de procesos importantes con pederastas y no podemos llegar al final porque (el denunciante) nos dejan sin elementos. Si ya no hay víctima, ya no hay quien señale a los delincuentes". Explica que sostener la denuncia contra viento y marea es muy importante para castigar a los infractores.
“Hay que hacer entender a las víctimas que es necesario que sigan hasta el final” y agrega que, para ello, se requiere un proceso de educación que fomente la cultura de la seguridad. Ese, puntualiza, es una de los objetivos de la PFP con su política de prevención del delito, en la que la denuncia anónima es una parte importante. El sitio de la policía cibernética (www.ssp.gob.mx/_c_programas/p_cibernetica/INDEX.htm) cuenta con una sección destinada a recibir las denuncia anónimas.Un boletín de la PFP explica que entre las funciones de la oficina de la Policía Cibernética y Delitos contra Menores están promover esa cultura de la seguridad, fomentar la denuncia anónima y realizar campañas de información sobre los delitos cibernéticos. Además realiza operaciones “de patrullaje anti-hacker, detecciones de delincuentes que cometen fraudes, penetran en sitios privados y organizan sus actividades delictivas utilizando internet”.
También lleva a cabo operaciones en la red para detectar sitios de pornografía infantil y aquellos en los que un menor pueda ser contactado por pederastas. La policía cibernética organiza y promueve la investigación de campo sobre las redes de pornografía infantil, en particular, y desarrolla “una base de datos para la identificación de patrones, rangos, preferencias y modus operandi de los protagonistas de los casos reportados”.
Desde su creación, la policía cibernética ha tenido logros destacados. Recientemente, el director general de Tráfico y Contrabando de la PFP, Hervé Hurtado, dio a conocer que hasta la fecha, se han identificado plenamente 28 sitios de pornografía infantil, dos de venta de armas, 16 de clonación de tarjetas de crédito, tres de inhibición de exámenes toxicológicos y 36 comunidades de hackers. Agregó que se ha desarticulado a 200 de las 257 comunidades mexicanas en internet que intercambian material de pornografía infantil.
En uno de los casos destacados, en septiembre de 2000, la policía cibernética identificó y desarticuló la organización de abuso sexual a niños más extendida de México, que operaba desde Acapulco. Se expulsó del país a Robert Decker, ciudadano estadunidense que, según las evidencias, dirigía dicha organización. En el caso de Decker, la policía cibernética colaboró con autoridades policiales de Estados Unidos, lo que revela la importancia de la colaboración internacional para perseguir esta clase de delitos. Al respecto, Nicolás Suárez subraya que “nuestra policía tiene esa relación con todas las policías del mundo, hacemos un intercambio permanente de información sobre la gente que se dedica a eso (en este caso, la pedofilia)”, explica. Este cuerpo policial ha aprendido a sortear parte de los obstáculos con los que se topa en sus investigaciones. Uno de éstos es la falta de colaboración de proveedores de internet como la empresa Uninet (filial de Telmex), que en un caso sostuvo como argumento que la PFP no contaba con facultades legales para obligarla a revelar los datos de sus clientes.
Suárez Valenzuela señaló que, a pesar de las dificultades, su trabajo, “el punto fino de nuestra chamba”, es encontrar elementos sólidos para poder encerrar a los delincuentes cibernéticos. “Y lo logramos, al fin y al cabo, lo hacemos”.
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