A fabor de la expercion en contra de la hortografia

[KnowDemon]

Estos últimos mensajes han traído a mi memoria una carta de ¿amor?, que alguna vez le escribí a una chica. Decía (o dice) más o menos así:

¿Qué puedo yo decir? ¿Qué puedo decir ahora? Siempre he dicho que las palabras se quedan cortas. ¿Cuándo han alcanzado para describir el vértigo de la contemplación? ¿Se le puede describir a un ciego la fuerza de un color? Las palabras jamás llevan las sensaciones de quien las pronuncia. No hay mecanismo capaz de llevar el sentimiento de un corazón a otro. Si así fuera, los debates carecerían de sentido, los consejos se comprenderían al instante, las doctrinas contradictorias se revelarían como hermanas.

¿Qué es entonces? ¿Qué es lo que nos hacen sentir? ¿Cómo nos llevan a las alturas o la profundidad del abismo? Las palabras solo son símbolos, meras señales destinadas a representar el mundo que nos rodea. "Casa" o "perro", son conceptos que podemos ver y podemos tocar. Pero qué pasa con "miedo" o "amor". No tienen tamaño ni tienen rostro. ¿En qué radica la fuerza de su poder? ¿Dónde está el objeto de su representación? No está cruzando el pasillo, ni a las afueras de ninguna ventana. Nadie que describa su nostalgia nos hará sentir la suya. En todo caso, nos hará sentir la nuestra. El que hable de su emoción solo explotará nuestra capacidad de agitarnos. Quien hable del dolor solo nos recordará el nuestro. ¿Hay alguien mejor que el doliente para comprender al enfermo? Nadie podrá jamás transmitirnos un gozo mayor que nuestro mayor gozo. Es así como todo mensaje, todo cuento y declaración, estará siempre limitado por las fronteras de nuestro propio devenir. De nuestro paso por el mundo y los límites de nuestra imaginación.

Razón suficiente para que no haya poemas hermosos o canciones aburridas. Todo glamour y belleza esta en los ojos de quien mira. Las letras solo agitan sentimientos, podredumbre y grandeza de quien las recibe. Solo conducen al exterior sensaciones que siempre han estado ahí. Imposible admirar una escultura, si no se tiene noción del trabajo duro. Nadie puede ver la profundidad del cielo estrellado, si no la tiene primero en el alma. Nunca veremos algo más grande de lo que seamos capaces de recibir, ni algo que no este ya con nosotros. Razón de que la rosa nunca eclipse a la novia, o los tiranos sean un misterio.

Es por ello que las palabras a veces se quedan tan cortas. ¿Quién puede negar que el cielo nocturno es solo un fondo negro con grandes bolas que se inflaman a lo lejos? ¿Que la Luna es solo una inmensa piedra que no termina de caer? Todo es indiferente hasta los límites de lo inconcebible. Pero la belleza siempre se puede encontrar. Y esto se logra en el lugar más alentador y más cercano de todos: en la conciencia del que mira. Es ella quien le da el verdadero valor a las estrellas. Por ello el mundo es gris para los deprimidos y rosa para los enamorados. Por eso te quiero invitar a que imagines lo más grandioso que hayas visto. Lo más sublime, lo más bello; concentrándote en las sensaciones que te haya podido producir. Dándote cuenta como esas sensaciones vienen desde dentro de ti y cómo son manifestaciones de lo que hay en ti. Y será el vivir esa experiencia mi humilde manera de decirte cuán grandiosa y bella eres tu.