Lo peor de todo es que destrozan el mercado, prostituyéndolo con precios de risa que obligan a las empresas legalmente asentadas a abaratar costos rozando los límites de la quiebra.
Luego, ven que sacaron cuatro duros y que no es negocio y..... simplemente cierran, dejando tirados a sus clientes, mismos que no volverán a confiar en una empresa de hosting.
Penososo