Veo que este tema es antiguo... pero igual alguien relee y, quizá, mi aporte interese.
En primer lugar hay que establecer filtros. El primero de ellos sobre lo que al cliente gusta y, para ello, debemos obtener cuanta más información y documentos mejor sobre lo que el cliente tiene para su empresa: logotipos, folletos, catálogos, inserciones en prensa, carteles y, también todo lo disponible publicado en web o en otros medios para analizarlo y ver cómo va su línea gráfica. Dentro, también, de eso que "gusta" al cliente, están esas otras cosas que ha visto y le agradan o le parecen interesantes. Además no es mala idea analizar lo que hacen otros de su competencia para dar solución a esa demanda de diseño. Todo esto sirve para ubicar el estilo de diseño a crear.
Luego hay otros filtros que consisten en acotar el trabajo pactando condiciones. Por ejemplo: "Se confeccionarán tres bocetos a escoger uno sobre el que se realizarán las enmiendas necesarias al propósito de diseño o publicación". Todo esto hay que incluirlo en un presupuesto que sea firmado y que implique compromiso de aceptación. Una cláusula muy necesaria es "este presupuesto no incluye más conceptos que los que se mencionan" (por si un catálogo de 16 páginas acaba convirtiéndose en otro de 32 del que hay que sacar un desplegable de cuatro palas y todo al mismo precio).
En cualquier caso siempre hay que tener un poquito de manga ancha y paciencia. Quizá valorar un 10 o un 15% el trabajo para cubrirnos las espaldas ante clientes indecisos (o que estén pasando un mal día, recuerdo a uno que estaba muy enfadado -a saber por qué causa- y que, después de haberle mostrado unos 12 tonos distintos de azul en un trabajo, me pidió un azul que fuera magenta). Por cierto que una estrategia buena a la hora de elegir color es acotar todo lo posible antes. Si te dicen "rojo", sacas tu carta de pantone y respondes algo así como: "magnífica idea... ¿puede elegirme alguno de estos?"
Espero que a alguien le sirva. Yo aprendo también algunas cosas por aquí
