Mantener una "semi-integración" supone lo siguiente:
- Múltiples conversiones entre tipos Qt y nativos del estándar de C++.
- Creación de diversas interfaces para conectar ambos sistemas.
- Problemas de portabilidad al cambiar la versión de C++ o de Qt
Todos los puntos suponen trabajo extra y ralentizan la aplicación, ya que suponen capas de código adicional y continuos accesos a memoria para copiar los datos nativos de Qt a propios del estándar de C++ y viceversa.
Además, no solo se complica la legibilidad del código, sino que supone una cantidad de código adicional a depurar.
No obstante, como todo en esta vida, depende de tu objetivo, de tu tiempo, de tus recursos y de tus limitaciones en cuanto a libertad de elección y requisitos.