Este nuevo God of War se situará temporalmente antes de la trilogía original, poniéndonos en la piel de Kratos seis meses después de haber sido engañado para matar a su esposa y su hijo, condenado a una vida de locura con las Furias o Erinias, enjaulado en una prisión en lo alto de un Titán. Luchando contra la locura, será probado hasta el límite, teniendo que romper su vínculo de servidumbre con el Dios de la Guerra para vengarse de Ares por la participación en la muerte de su familia.
Como es un clásico en la saga, una cara en primer plano de lo que parecía ser Kratos, creada con todo lujo de detalles con gráficos en tiempo real, nos daba la bienvenida. La cámara se alejaba y descubríamos que este guerrero no era Kratos, y acto seguido se ponía una llamativa máscara verde que imitaba la piel de un animal. Alucinamos con sus gráficos desde el principio, y un enorme cíclope nos daba la bienvenida al juego, rompiendo una puerta y comenzando la acción.
Las animaciones se han mejorado y mucho; mientras que en God of War III daba la sensación de reciclar algunas de los juegos de PlayStation 2, aquí ahora son completamente nuevas, mucho más orgánicas, desplazándose los personajes sobre el terreno de una manera similar a como ocurre en la saga Uncharted, adaptándose las pisadas a la superficie. Las texturas son increíbles, y si la tercera parte está considerada por todos como uno de los mejores exponentes gráficos de PlayStation 3, esta entrega parece mucho mejor.
Tras unos segundos de comenzar la acción y estar deleitándonos con el aspecto técnico, aparece un segundo guerrero en pantalla, para nuestra sorpresa. Los dos luchadores machacan sin piedad al cíclope, y le dan muerte de una manera salvaje, uno agarrándole por la espalda con sus cadenas, y el otro rajándole de arriba abajo, en canal, abriéndole el estómago y cayendo sus tripas al suelo es una escena muy impactante y gore. Tras esto, ambos guerreros se internan por una especie de templo.
Al entrar en esta nueva estancia estamos en un lugar muy amplio, en el que un fuerte viento arrastra arena y polvo, como si estuviéramos en mitad de una tormenta, con un espectacular efecto gráfico. A lo lejos vemos cómo varios soldados están luchando, y de repente aparece un cíclope gigante, como un titán, y te enganchas en una tirolina lanzándote directamente a la acción. Aquí varios guerreros están peleando entre sí, y nos cuesta bastante darnos cuenta de que lo que estábamos viendo era un multijugador para ocho jugadores, con dos equipos de cuatro guerreros enfrentados. No nos avisaron antes de la presentación de que lo que íbamos a ver era un modo multijugador, y la sorpresa fue mayúscula.
Ver a tantos guerreros luchando encarnizadamente, con unas excelentes animaciones, lanzando magias, con distintas y vistosas armaduras, cada uno con su propia arma, y contemplando de cerca toda la escena el enorme cíclope, era espectacular. Una criatura de aspecto casi fotorealista, muy impactante, gracias a sus impresionantes texturas, algo paradójico y extraño al tratarse de una criatura mitológica tan irreal. Los combates son tan brutales como siempre, o incluso más, y no se ha mitigado la sangre y el gore por tratarse de una experiencia multijugador. Por ejemplo vimos una ejecución en la que un guerrero le clavaba a otro la espada por el hombro atravesándole hasta la mitad del pecho, dejando el cuerpo semi partido, para después darle una patada.
Recogemos “orbes” de energía verdes y rojo al derrotar a los rivales, y también hay cofres, aunque por primera vez en la saga no se abren, sino que se rompen, algo lógico, ya que es más rápido y agiliza la acción en una experiencia multijugador. Las armas son muy variadas, desde espadas, mazas, martillos, tridentes, garras y cadenas, vimos lanzar magias, como una especie de lanzas de energía, a pesar de ser guerreros humanos y no dioses, y como después nos enteramos al preguntar a los responsables del juego, habrá un sistema de evolución y personalización del personaje, pudiendo elegir entre diferentes armaduras y armas, así como conseguir nuevos movimientos y habilidades.
El objetivo de este modo de juego era derrotar al equipo contrario y después darse el “placer” de dar muerte al descomunal gigante, como un team deathmatch con jefe final. El lugar de la batalla era bastante amplio, con distintas alturas y estancias, y al parecer muchos de los escenarios del multijugador estarán sacados de la historia para un jugador. La experiencia con Kratos, el modo single player o campaña como se usa tanto ahora, no contará con multijugador, por lo que se desecha la idea de jugar la historia de manera cooperativa, y estará centrado como siempre en la saga en una intensa y espectacular experiencia para un jugador.
Habrá otros modos multijugador, al parecer de momento cuatro, inspirados en los clásicos deathmatch, team deathmatch, dominación o incluso horda, algo que todavía están probando para que se sientan frescos, dándoles un toque nuevo y distintivo y a la vez que mantengan el espíritu God of War. Y para un número variable de jugadores, nos hablaron de un modo uno contra uno, e incluso tanto online como offline, aunque todavía tienen mucho que anunciar.
Fuente: Imagen Final