No y definitivamente no lo haría, y no lo hice.
Hace unos años trabajé para el departamento de recursos humanos de una multinacional. Las campañas internas de los empleados, los house organ y eso. La empresa es una cerealera, de las que en mi país se llevan los recursos y el dinero. Pero, ademas, y esto es lo que rebalsó el vaso, es que me fuí informando sobre los productos tóxicos que usan, la contaminación del agua, los casos de cáncer y de leucemia ultraelevados en la región. Y no, muchachos, no pude seguir poniendo la foto de la niñita que cuida la plantita cuando es en verdad un monstruo trangénico.
Les dejo un párrafo del gran Milton Glaser:
1. Sólo puedes trabajar para gente que te agrada.
Es una regla curiosa que me llevó mucho tiempo aprender porque, de hecho, en los iniciosde mi práctica sentía lo contrario. Ser profesional requería que no te gustara particularmentela gente para la cual trabajabas, o al menos que mantuvieras una relación distante, lo quesignificaba no almorzar con los clientes ni tener encuentros sociales. Hace algunos años medi cuenta de que lo opuesto era verdad. Descubrí que todo el trabajo valioso y significativoque había producido, provenía de relaciones afectivas con los clientes. No estoy hablandode profesionalismo; estoy hablando de afecto. Estoy hablando de compartir con el clientealgunos principios comunes. Que de hecho tu visión de la vida sea congruente con la delcliente. De otro modo la lucha es amarga y sin esperanzas.
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