En realidad si es muy fácil. Pero en una investigación habría que ver una serie de datos del archivo y probablemente consultar con el fabricante de la cámara para revisar firmas digitales.
Por el lado del análisis de la imagen, no del archivo, habría que ver la calidad de la transición enfrente de la luz, donde habría que hacer una máscara (lo de detrás es lo de menos). Resampleando (reduciendo) una foto cualquier defecto en la máscara se fusiona o suaviza, lo que lo integra, por eso sin saber la resolución original, no se puede concluir gran cosa.
Siempre es interesante imaginar que estas cosas misteriosas suceden, pero la realidad es que hacer un fraude es cada vez más fácil. En la época de las fotos con película era más difícil