Una factura proforma no es más que una propuesta de factura, o un presupuesto. En realidad, es precisamente eso, un presupuesto, que no compromete a ninguna de las partes, si no hay acuerdo posterior (de aceptación). Se utiliza más en comercio internacional.
Las facturas proforma no están reguladas por la legislación tributaria (de hecho, el
Reglamento por el que se regulan las obligaciones de facturación, ni menciona el concepto "proforma"), pero se suelen hacer igual que las facturas normales, pero haciendo constar que es una factura proforma. Vamos, que en lugar de ponerle "Factura nº 45", puedes poner "Factura proforma".
De hecho, hay algunos expertos que prefieren denominarlas "Documentos proforma", para que no haya confusión con lo que es realmente una factura.