Esta gente de cdmon son unos
impresentables.
Hoy al llegar a mi trabajo me encuentro con que ninguna de las tiendas de las que me encargo (mas de 50) puede comunicar con su central (intercambian datos a través del ftp).
Entonces llamo a cdmon (todavía no había leido el correo) para preguntar y me dicen que han cambiado todas las contraseñas del ftp y que si eso es un problema las vuelva a cambiar en el panel de control.
No me gusto demasiado que hicieran algo así, sin avisar con la suficiente antelación, pero de todas formas entre en el Panel de Control para restaurar las contraseñas y me dice que los nombres de usuario son demasiado largos (al parecer han cambiado su política sobre nombres de usuario) y no me deja restaurar las contraseñas antiguas.
Y ahí estaba yo con mas de 50 encargados de tienda acordándose de mi familia
y sin poder hacer nada para repararlo que ir tienda por tienda (cada una en una ciudad diferente) para cambiar las contraseñas de acceso. Así que pruebo a hacer un ultimo intento y llamo de nuevo a cdmon, les expongo mi situación, y les pido
por favor que igual que cambiaron las contraseñas me las vuelvan a cambiar . La respuesta fue que lo sentían mucho, pero
NO, les insisto, les amenazo con darme de baja, etc ...
y me siguen diciendo que lo siente mucho pero que NO
De lo anterior saco las siguientes conclusiones,
que pueden ser ciertas o no, pero si me equivoco me gustaría que alguien de cdmon me las refutara.
- La historia del virus es mentira. O de lo contrario no tendría sentido que me cambiaran las contraseñas a mi, ya que no estaba infectado, ni creo que lo este nunca ya que mis tiendas utilizan MSDOS y veo difícil que a estas alturas alguien saque un virus nuevo para MSDOS
- Si simplemente hicieron el cambio por precaución, porque se niegan a deshacerlo aunque se lo pidas insistentemente
- Que les importan bastante poco sus clientes. Ni siquiera amenazar con darse de baja les hace pestañear
La verdad es que ahora mismo estoy muy enfadado con esta gente, y prefiero no seguir hablando para no caer en el insulto.