Hola a todos, parece que nos hay mucha información nueva asi que os contare una pequeña historia aunque alguno la conozcáis, perdonarme porque no está muy relacionado con el tema pero a mi me gusta, la contaré resumida, pues para mí fué muy emocionante.
Cuando Puerto Rico era española existía un correo, creo recordar con periodicidad mensual que llegaba de España, con todo tipo de alimentos, documentación, enseres,...en fin, de todo lo q echas de menos cuando estás fuera de casa. Es de imaginar la alegría q representaba el hecho, y este era saludado por todo el mundo, incluido el convento de monjas, creo recordar carmelitas, (perdón si me equivoco pues no estoy muy ducho), con banderas, pañuelos, etc. Esa tradición perdura en el convento, y cada vez q un buque de guerra nuestro entra en puerto es saludado con las banderas q cada uno de los anteriores dejan en recuerdo para mantener la llama viva. Aparte se les dan también viveres, objetos,...en fin una pequeña obra de teatro representando lo que fué y nunca debió de dejar de ser
.....Ellas luego te obsequian con dulces del convento, pequeños presentes...Hay varias españolas también.
Por lo que se vé, cada vez que entra en ese puerto un buque civil o militar con pabellón español, las monjas sacan una bandera española.
Pues bien, cuando el famoso huracán Mitch, el L-51 Castilla pasó por Puerto Rico para repostar y descansar, al comandante de la nave anfibia y al teniente coronel médico les llamó la atención ver que en un edificio frente a la entrada del puerto de San Juan ondeaban una bandera sangre-oro, por lo que cuando pudieron, desembarcaron junto a un oficial de máquinas para investigar. Encontraron que dicho edificio era un hospital y que había monjas carmelitas de origen español que custodiaban esa bandera desde la Guerra Hispano-Americana de 1898. Por lo que le relataron a los miembros del L-51 se la había entregado en custodia el superviviente de una nave comercial española (el correo Juan Manuel) que fué atacada por un buque de combate estadounidense. Antes de morir malherido pidió que la bandera no caiga nunca en manos del enemigo.
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Desde entonces, las pocas monjas españolas que quedan (creo que solo quedan tres o cuatro muy mayores) tienen un trato apalabrado con los responsables de la autoridad portuaria de San Juan de Puerto Rico para que le avisen cada vez que entre una nave española (dia y hora), y ellas la reciben con los pañuelos y la bandera de 1898 desde los balcones del Hospital. A su vez la costumbre por parte de los buques pertenecientes a la Armada del Reino de España es responder a la bandera y saludos de las carmelitas del hospital con tres toques de bocina.
Curioso no?
Y emocionante que coño
Me estoy haciendo viejo…
