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Antiguo 16/10/2008, 09:41
GerardoFernandez
 
Fecha de Ingreso: octubre-2008
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Injusto y frustrante: tráfico ilícito de dominios

Era el 2004, en Lima – Perú. Llevaba con más de diez (10) años de experiencia en la industria de software. Decidí emprender mi propio negocio. Había adquirido el conocimiento necesario y la experiencia suficiente para iniciar una actividad profesional independiente. Ya estaba decidido: crear mi propia empresa. Con las ideas totalmente claras, y la planificación de mi negocio lista… había que ponerle un nombre. Invertí en unos cursos de sobre “marcas” e “íconos”: cuán importante era la el nombre, la marca, y hecho de convertirse en un icono en el mercado. Honestamente me tomó mucho tiempo analizando un nombre perfecto para el negocio que estaba por emprender. Y cuando lo encontré… ¡wow!, fue como una sensación de ver a tu hijo nacer (en ese entonces ya tenía un hijo). No exagero… la sensación es algo parecida. Lo compartí con mi esposa, y ella estuvo de igual emocionada y decidí por aquello. Lo primero que hice fue ver si estaba disponible el dominio para adquirirlo. Y fue así, en agosto del 2004 adquiero el dominio. Luego pasé a constituir mi negocio, y en diciembre del mismo año nace mi pequeña empresa. Fue algo muy bueno esa experiencia, la de tener un negocio propio, y me llevaba nuevos retos y nuevas responsabilidades. Respecto al dominio, al año renuevo contrato del dominio cambiando de Registrador. Al año siguiente, por cosas del destino… me olvido de la renovación del dominio. Cuando recuerdo, ya había pasado el tiempo. Reviso la disponibilidad del dominio, y tenía otro dueño. El cuerpo se me enfrió. Me contacto con mi Registrador, y confirman mis sospechas. Les llamo la atención por no haberse contactado conmigo para la renovación, y ellos me dicen: ¡señor, le enviamos un correo electrónico un mes antes para anunciándole la renovación del contrato! Y yo les dije: ¡Y! ¿Y no intentaron volver a contactarse conmigo para salir de las dudas? Pero para cobrarme todos meses los otros servicios que me brindan, ahí si son “guapos”, correos electrónicos, mensajes de texto al teléfono móvil, llamadas de la teleoperadora, etc., y todos los meses; pero para velar por los intereses de los clientes, en ese sentido: ¡nada! Sentí una frustración tremenda. Terminaron diciéndome que no era la responsabilidad ellos ese tema, y que ya no se podía hacer nada. A raíz de eso, comencé a averiguar sobre estos casos. Por que quien había adquirido “el dominio de mi negocio” era esa gente que dedica a adquirir dominios para luego re-venderlos al mejor postor. ¡Qué injusto! Pues resulta que no era el único en este caso. Con mi Registrador, ya habían ocurrido otros dos (2) casos más, y con la misma naturaleza. Exactamente después de terminar el contrato, más el tiempo de “gracia” para la renovación, era adquirido el dominio por estos pillos. E investigando a este “ladrón de ideas”, descubro que había en su haber más de 16 mil dominios en calidad de disponible para re-venta al mejor postor. ¡Qué desgraciados! Ahí empecé a darme cuenta del tipo de negocio que manejaba esta gente. En un principio empecé a sospechar de mi Registrador, por que me pareció muy extraño... pero no tenía pruebas fehacientes. Me acerque a la entidad del Estado de mi país, que se dedica a atender estos casos, y me salen con la sorpresa que en esos temas no tienen competencia, que son cosas aún no reglamentadas ni incluidas en sus responsabilidades. ¡Qué horror! ¡Tenía que ser mi querido Perú! Empecé a “sudar frío” con la frustración y la injusticia que pasaba. Sentí que secuestraron a mi propio hijo, pues así lo era para mí. Ahora, octubre de 2008, después de dos (2) años sin saber nada de “mi dominio”, estoy nuevamente, y por segunda vez, intentando ponerme en contacto con estos secuestradores, enviando correos, según sus procedimientos, para comprarles el dominio. Pero no responden a mis correos. Es un secuestro sin solicitud de recompensa. ¿No hay nadie ni nada que detenga a estos pillos? ¿No hay alguien que vele por nuestros intereses? El mundo de las tecnologías es joven aún, y no es posible que ninguna organización, con o sin fines de lucro, se dedique exclusivamente a esto, pero sin “mirar los bolsillos” de los involucrados (demandante y demandado). Si estoy equivocado, y deseo sea así, al afirmar que no existe nada ni nadie que nos pueda ayudar, les agradecería se contactaran con mi persona, o publiquen la forma de contactarles para atender estos problemas. Saludos cordiales, y disculpen el drama [es para llamar la atención y ver el caso desde otro punto de vista: tráfico ilícito de dominios], Gerardo Fernandez. [email protected].