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Lord Gonzo
 
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M2TW: Tu Historia

Muy buenas, y Feliz Navidad a todos!
He pensado en crear este thread para que cada uno pueda explicar, en prosa o verso, la historia de su facción en Medieval 2, como si del Cantar del Mio Cid se tratase. Todos nos emocionamos jugando, y lo vivimos como si realmente estuvieramos reescribiendo la Historia, no? Pues hala, aquí lo explicamos y los demás pueden disfrutar de un rato de lectura entretenida (como mínimo yo, que estoy en el curro y me aburro caxo). Así que venga, coged un papiro y una pluma de pavo y empezad a garabatear la historia de vuestro Imperio. Ahora empezaré yo.

Imperio Español (Dificultad Dificil-Normal)

La Reconquista

El Imperio Español nació con un espíritu belicoso y piadoso por igual. Mientras en los primeros años de su reinado se manejó sin problemas para eliminar a los Portugueses (a los 5 años de empezar la facción portuguesa ya había sido destruida) y expulsar a los Moros de Iberia con una belicosidad que parecía espoleada por el mismísimo Lucifer, su devoción por Dios llevó a los españoles a construir Iglesias, Abadías y Cateadrales en todas las ciudades de su reino. Con cada ciudad conquistada, un sacerdote era reclutado. Si bien el Papa no aprobó nunca el asesinato de la familia portuguesa, pronto olvidó ese problema, fascinado por las maravillosos templos a Dios que se construían en España. Y no tardó en tener un orgasmo espiritual al ver en Cordoba, otrora ciudad emblemática de los Moros musulmanes, como terminaba la construcción de la primera Gran Catedral de la Cristiandad.
El Papa rezumaba amor por los hispanos por todos sus poros. Y los españoles le devolvían su confianza con nuevas victorias ante los sucios musulmanes.

África Hispana

Se lanzó una Cruzada para conquistar Marrakech, y se consiguió. Al cabo de unos pocos años, se volvió a lanzar una Cruzada, esta vez aún mayor, contra Túnez. En esa fortaleza se escondía el grueso restante del ejército moro. Pero no tuvieron nada que hacer contra el ejército cruzado guiado por el Rey. Una a una, todas las ciudades moras iban cayendo como castillos de naipes: Marrakech, Argel, Túnez, Tombuctú y Arguin.
Con los Moros destruidos, el Papa rozó la revelación divina: en cada ciudad española había, como mínimo, dos sacerdotes. Aquellos que predicaban la fe en Africa, y en territorio dominado por el Islam mayoritariamente, no tardaron en ser promocionados y convertidos en Cardenales. Pronto ocurrió lo que tenía que ocurrir: de los 14 cardenales posibles, 10 eran de origen español. Y, por supuesto, el Papa.

Fortalecimiento

Pero hasta ese momento, el Imperio Español había dejado de lado la construcción y mejora de sus ciudades. Había dedicado todo su esfuerzo a la creación de un gran ejército que había conquistado África, así que una vez conseguida, se empezó a construir. Carreteras, regadios, mercados, minas, puertos, municipios y posadas brotaron en todas las ciudades. A pesar de todas las conquistas, las arcas estaban vacías (aunque no llegaban a números rojos).
La familia real aumentaba. Hija que alcanzaba la mayoría de edad, hija que se casaba con el primer capitán u hombre noble que cruzaba la región. Pronto el arbol genealógico veía como crecía una prole de casi 15 nietos y nietas decididos a mantener la estirpe. Pero había algo más que mantener....

Cruzada Europea

Los franceses, quizás está en su naturaleza, se enfrentaron al Papa. Y eso era todo lo que necesitaba España. Al ser excomulgados se dio luz verde para que el pastel francés se repartiera en europa. España fue la primera en atacar. Primero reclutó un gran éjército en León, Pamplona y Granada. Comandado por el mismísimo Rey, el ejercito fue enviado a las puertas de Toulousse. Ahí, esperó. Un emisario fue enviado a Roma, y pidió que se iniciara una Cruzada para tomar Toulousse. Fue aceptada por el Papa, y en el mismo turno, el ejército se convirtió en cruzado y tomó la fortaleza tras destruir al ejército francés. Francia veía como se le venía encima una fuerza que no podría detener. Después de Toulousse vinieron las demás. El culmen fue la Cruzada contra París. El mismo Rey fue recibido por el pueblo con vitores y aplausos. Quinientas vírgenes fueron desfloradas ese día, y se cenó jabalí relleno de almíbar con dátiles, y las celebraciones duraron dos meses.
Pocos turnos después, Francia caía a los pies de España. Su linaje habia sido interrumpido.

Hambre de Muerte

El Papa seguía mostrando un respeto absoluto por España. Una a una, las demás facciones iban siendo excomulgadas, mientras que la única que permanecía fiel a la Fe de Dios era España. Decenas de sacerdotes eran instruidos en sus ciudades, y la Curia Papal era 95% hispánica (sólo un cardenal de origen danés rompía la heterogenia).
Pero el poder corrompe a las personas... y el hambre de muerte y conquista pronto cegó la mente del Monarca. Convencido de que poseía un poder supremo capaz de poner de rodillas al mundo entero, el Rey se lanzó a su empresa más arriesgada y ambiciosa: un doble ataque combinado contra dos facciones, los Ingleses y los Egipcios.

Por el Norte...

Los primeros parecían asequibles: arrinconados en sus islas, y con Irlanda recien conquistada, parecían un blanco fácil para la armada española. Y lo fueron durante los primeros turnos. Londres cayó como un higo maduro, igual que Caenarvon, Nothingam y York. Pero el empuje de las fuerzas españolas fue perdiendo fuelle. Y cuando las tropas llegaron a la capital inglesa Edimburgo, comandadas por el general escogido por el Rey para conquistar Britania, ocurrió lo inesperado: los ingleses se sacaron de la manga dos ejércitos imponentes, y barrieron al ejército español. Muerto el general español, las tornas habian cambiado por completo. Ahora la iniciativa la llevaban los ingleses, y no tardaron mucho en recuperar Caenarvon, y asentarse definitivamente en York.

Por el Este...

Mientras tanto, por el otro lado del mundo... Los españoles crearon un ejército descomunal. Más de 1500 soldados se embarcaron en Valencia con Jerusalén como destino. Tardaron en llegar, pero en cuanto pisaron tierra, un emisario fue al Papa a pedirle una Cruzada contra Jerusalén. Los españoles nunca han esperado que el Papa les dicte qué ciuades merecen una Cruzada: lo deciden por él, siempre llevando la iniciativa. Dicho y hecho, la Cruzada agradó al Papa. En dos turnos, Jerusalén cayó. Pronto cayó Acre. Y Damasco. y Antioquía. Y Gaza y El Cairo y Alejandría. Y siguiendo la misma estrategia: ciudad conquistada, ciudad inundada de Iglesias y Sacerdotes, que no tardaban en convertirse en Cardenales. Parecía que los Egipcios tenían las horas contadas. Cuando de repente....

Por el Corazón....


En el corazón del Imperio, se desató un desastre: los daneses decidieron que era el mejor momento para atacar el corazón de Europa. Aliados del Papa, quien había empezado a no verme con buenos ojos, iniciaron su ataque contra la zona que antes era Francia. Conquistaron un par de ciudades, pero la maquinaria de guerra española se puso una vez más a trabajar. Pero esta vez no iba a ser igual...