Yo, los Julios asediando Esparta, en propiedad de los Macedonios. La legión juliana está incompleta y con varias de sus cohortes también incompletas debido a batallas previas. Una batalla que yo adivinaba sangrienta y con muchas pérdidas de mi lado.
Inmediatamente al cambio de turno los macedonios intentan repeler el asedio, resultando en una batalla épica de poco más de una hora y media (reales, no el timer del juego) que ha sido, con mucho, el mejor asedio que he vivido en mi historia del RTW.
Al ser contraataque de los macedonios, el primer movimiento estaba de su lado y correspondía a ellos atacar. Sin embargo, deciden solo salir de la ciudad y permancer bajo el cobijo de las almenas de sus murallas, aprovechando que ellos tienen los misiles de mayor alcance.
En vista de que no tengo el timer de batalla activado y que el enemigo no ataca, me decido a hacerlo yo. Suelto las torres de asedio y formo a mi ejército en posición ofensiva, mis 2 unidades de honderos seguidas de 2 vélites; tras de ellos, el grueso de mi ejército. Con los honderos ataco una de sus unidades de pelastas empezando a causar estragos. Ante el ataque su capitán intenta hacer una carga de caballería (la única caballería de su lado) sobre mis honderos mientras que éstos corren a ponerse bajo refugio de las líneas de princeps. Su capitan solo logra eliminar a un hondero de cada unidad y, a cambio, obtiene una lluvia de pila por mis princeps y de javalinas por mis vélites tomando él mas de 15 bajas de su lado.
Una vez su general en graciosa huida me dispongo a ir por esos arqueros y pelastas. Mando mis hoderos sobre los pelastas del ala más derecha y acabo completamente con la unidad… sigen sus arqueros. Para esto su capitán está de vuelta, que es bienvenido con un granizo de piedras que terminan matándolo.
Acabada la amenaza de los proyectles vacío las bolsas de los honderos sobre las falanges y los hoderos se retiran orgullosos. Le llega el turno a los vélites mientras una unidad de princeps toma una de las torres de asedio y la lleva a la murralla del lado contrario a la puerta. Una vez acabadas las javalinas los vélites se retiran del campo y los princeps ya están arriba de sus murallas.
Ante la amenaza de sus murallas el ejército se repliega y se refugia dentro de la ciudad mientras mis princeps toman todo el frente de sus murallas para poder finalmente, entrar en la ciudad.
Los princeps entran a la carrera, formados de par en par dentro de la avenida de la ciudad. Sus balistas me dan la bienvenida empalando a mis legionarios por los costados aprovechando la curva del camino. Los romanos corren para minimizar las bajas y entrar en combate cuanto antes. Poco antes de llegar terminan los pocos pila disponibles sobre las falanges que se han formado para proteger las balistas y que están convenientemente apostadas en una esquina amplia que les garantiza maniobrabilidad y mejor que nada, un solo frente... los enfurecidos legionarios cargan sobre ellos y por fin, se traba el combate de infantería.
Los entrenados legionarios van pagando con cuerpos cada metro ganado, pero solo pelean 2 cohortes a la vez. Tiempo después por fin son dueños de esa equina, pero ahora los hijos de marte tienen 2 frentes abiertos por las calles que ahí llegan. Ahora son 3 unidades peleando a la vez, que aprovechan cuando el enemigo se repliega para intercambiar legionarios exhaustos por frescos. A estas alturas el enemigo está casi perdido y mi ejército entero se divide en 2, para cubrir ambas rutas a la plaza central.
El camino a la plaza es poco accidentado, apenas un par de falanges; poca cosa para los envalentonados legionarios. Pero a estas alturas todas mis cohortes de princeps están totalmente exhaustas... hora de los triarios para entrar en acción y tomar la vanguardia. Su simple presencia basta para ahuyentar a todo lo que se encuentre a su paso. Al llegar a la plaza solo les queda una falange completa y "sobras" de las demás.
Los triarios entran en batalla mientras los exhaustos priceps se forman al rededor de la plaza, aunque su entrada en acción no es requerida debido al aplasante efecto de 2 cohortes de triarios.
Los hijos de marte lo han vuelto a hacer... ¡ROMA INVICTA EST!