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Antiguo 07/02/2006, 04:56
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tigerazzo
 
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Bueno, voy a tratar de explicar mejor estas cuestiones con una pregunta que hace mucho tiempo que nos hacemos, qué diferencia realmente a los seres humanos de los animales. Si es que realmente existe una diferencia fundamental. Se ha dicho que es el pulgar opuesto. Otros proponen que es esa parte del cerebro que no compartimos con los animales, la neocorteza. Otra propuesta es decir que los seres humanos tienen alma. Nietzsche ha dicho que el ser humano es un puente entre el hombre y Dios. Creo que podemos decir que lo que puede determinar que el ser humano no sea un animal, es la capacidad que tenemos los seres humanos de decidir no ser animales.
Es recorrer el puente hacia delante, hacia el alma, y no hacia atrás, hacia el animal. ¿Qué significa esto? Significa poder decidir libremente si escuchar o no, a la naturaleza instinctual. El llamado de los instintos es tremendamente fuerte; el hombre moderno, normalmente, vive encerrado en su razonamiento, sin conexión directa con sus instintos. Pero en realidad éstos mandan y el hombre no es libre. Porque en el curso normal de la vida lo que se hace es racionalizar los actos. El hecho de que racionalicemos no significa que estemos obrando con discernimiento, en realidad seguimos obedeciendo, inconscientemente, a los instintos. El instinto de supervivencia es el más fuerte y básico de todos. Pero ser un ser humano, con alma, significa que estar al servicio de la VIDA es más importante que vivir al servicio del simple sobrevivir.

Los instintos, y muy especialmente el de sobrevivir, son muy importantes y no para ser ignorados. Es una parte muy importante del ser humano, y sumamente útil. Pero cuando no usamos el discernimiento libre, somos un animal, el más peligroso y destructivo de todos. Porque este animal posee el cerebro, y en su loca falta de consciencia no logra ver que destruye todo a su alrededor. El instinto de supervivencia, no atendido conscientemente, lleva al miedo, a la adquisición desenfrenada, a la lucha por el poder sin límites, a la ausencia de valores humanos. Todo es algo a dominar, conquistar o eliminar. Las personas de otra idea política, de otra raza, de otra nacionalidad, de otra religión.

Todo es visto a la luz del instinto de supervivencia: me come o lo como. Toda la naturaleza es vista de la misma forma. Hay que sobrevivir, crecer, y reproducirse a cualquier costo. Se exterminan las ballenas y los peces, los pájaros cantores, los árboles. Se envenenan las aguas potables. Las enormes ciudades van trayendo a sí mismas el agua potable de más y más lejos, de más profundo. El vivir bajo el reinado inconsciente del instinto de supervivencia, es vivir en el Planeta de los Simios. Unos simios sumamente inteligentes, pero sin sabiduría. Sin amor humano, sin capacidad para servir a la VIDA, a la belleza, la verdad, el amor. Ciertamente no se trata de eliminar, o reprimir los instintos en el ser humano. No es posible, y como hemos visto irrumpen inconscientemente, y crean este planeta adversarial donde reina el Simio Humano. Todo y todos son adversarios, las alianzas están basadas en el miedo y la conveniencia, para mejor defenderse de, o atacar a otros.

¿Cómo dejar de ser parte de las bandas del Simio Humano, y pasar a ser parte del Humano Divino? Es necesario tomar la decisión de escuchar atentamente a los instintos, pera discernir con amor y coraje cuando seguirlos, y cuándo no. El instinto de supervivencia, toda amenaza, la verá como una amenaza a nuestra existencia misma. Desde la posibilidad de la pérdida del trabajo, o de la pareja, o de ideas o comportamientos diferentes. Así es como el Simio Humano, se humilla o ataca injusta e injustificadamente.

Matamos o torturamos por razones más pequeñas, o más locas. Por una diferencia de opinión, de raza de religión, hasta de preferencias deportivas. El uso del discernimiento es mirar atentamente y de frente los sentimientos que nos provoca el instinto de supervivencia: angustia y miedo. No escapar de ellos, es discernir ¿Tiene esta angustia y este miedo verdadera proporción con el riesgo real al que estoy expuesto? ¿Tiene sentido negar los valores de belleza, verdad, bondad y solidaridad simplemente para dejar de sentir esta angustia y este miedo por algo que, realmente, puedo ver no es tan importante? Es necesario darse cuenta que, en la mayoría de los casos, nuestras acciones están dirigidas a, y por lo tanto por, a acallar ese miedo, esa angustia. No tienen relación con la real situación. Más difícil, cuando miramos con discernimiento y vemos que nuestra supervivencia, nuestra vida esta realmente en peligro. ¿Sobrevivir es para nosotros el valor fundamental, o hay valores más importantes? ¿Estamos dispuestos a matar y torturar inocentes para seguir viviendo? El Humano Divino, se hace estas preguntas, aplica el discernimiento, y empieza a crear el mundo de la colaboración universal. El ecosistema sagrado para el Humano, que sea más que simplemente el animal más inteligente y poderoso, incluye todo el planeta físico y todo el planeta del alma. De la confrontación y la adquisición, a la colaboración.
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by R.Augusto []
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