De poder se puede
, de hecho estoy seguro que alguno de nosotros habrá estallado con un cliente alguna vez, desde mails incendiarios pasando por palabrotas y hasta la acción física, como fue mi caso hace 4 años por estar atendiendo "paracaidistas" (Esos que te contratan por una tontería y no los ves más). Resulta que al tipo no le gustó mi boceto y visiblemente molesto lo rompió, en mi cara, sentado en mi silla, tomando mi café y no me aguanté; agarré al enano por la corbata y lo eché fuera de la oficina.
No es un procedimiento que recomiende, pero no puedo negar que la experiencia fue liberadora y hasta gratificante. Quizás haya tenido mala suerte y es posible que el enanito resulte ser esposo de la Directora Editorial con la cual maneje una jugosa licitación más adelante, pero así es la vida y el mundo es pequeño. Ya me lo encontraré de nuevo por el camino. Mientras tanto he seguido trabajando y metido en mis propios problemas.
Saludos.